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El Desarrollo Infantil a través del lenguaje

El Desarrollo Infantil a través del lenguaje


En noviembre 2023, tuvimos la oportunidad de participar en el evento regional “Invertir en la calidad de aprendizajes tempranos para promover el potencial de América Latina”, organizado por el Banco Mundial con la participación de colegas de América Latina y el Caribe. Conocimos más sobre la evidencia post pandemia que ha generado el Banco Mundial, del libro que se presentó durante este evento: “Aprendizaje temprano de calidad, fomentando el potencial de los niños”.

Gran cantidad de estudios sugieren que invertir en los primeros años de vida de los niños y las niñas, es la mejor inversión que pueden hacer los gobiernos. En esta etapa se establecen todos los cimientos que se transformarán en conocimientos y habilidades para toda una vida de aprendizaje.

En su intervención el doctor Norbert Schady indicó que desarrollar el lenguaje durante la primera infancia es determinante para: 1. Prosperar en la escuela, 2. Tener buen rendimiento en las pruebas de lenguaje y matemáticas, 3. Desarrollar actividades mentales complejas (como planificar, organizar, etc.), así como el desarrollo emocional. Es tan importante el desarrollo del lenguaje, que incluso tiene efectos negativos hasta 10 veces mayores que la desnutrición crónica en los mismos indicadores mencionados anteriormente[1].

En los países emergentes, el desarrollo del lenguaje se convierte en una brecha más a la que se enfrentan los niños y las niñas, porque el nivel de escolaridad de los cuidadores primarios tiene impacto directo en el mismo. Los niños y niñas cuyas madres tienen bajos niveles de escolaridad reconocen 24 palabras menos, en comparación con quienes tienen madres con mayores niveles de escolaridad[2]. Los datos son duros, pero se pueden mitigar los efectos a través de los programas de aprendizaje temprano de calidad que se enfoquen en interacciones de cuidado, amor y atención, es decir, relaciones positivas entre cuidadores[3] y niños y niñas.

Hay dos conceptos que menciona el libro; calidad estructural y calidad en los procesos. El primero se refiere a la infraestructura, ambiente, materiales, etc. Y la segunda se refiere a las interacciones entre los cuidadores y los niños y las niñas que tienen a su cargo. La calidad estructural no tiene efectos en el desarrollo de los niños y las niñas, sino es un camino para mejorar las interacciones o procesos.

Focalizar las inversiones en la calidad de los procesos implica que en el corto plazo haya mejoras en el desarrollo infantil, en las pruebas cognitivas y de aprendizaje durante la primera infancia. Mientras que, en el largo plazo tendrá incrementos en el progreso escolar de los niños y las niñas, tendrán mayor probabilidad de conseguir un empleo, mejores salarios, mejoras de salud y menores tasas de criminalidad para la sociedad. Por tal motivo, propiciar programas de aprendizaje temprano enfocados en escuchar, hablar, prestar atención a tiempo, responder cariñosamente, sonreír a los niños y las niñas, verles a los ojos, tomar en cuenta sus opiniones (por más pequeños que sean), respetar sus culturas e idiomas maternos, no solo será un espacio para el óptimo desarrollo del lenguaje, sino traerá consigo una generación de líderes y lideresas, que posteriormente se convertirán en agentes de cambio para sus comunidades.



[1] Fuente: Araujo, Rubio-Codina y Schady (2018), con base a data longitudinal de Ecuador.
[2] Módulo Prospera en la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición 2018, México
[3] En el libro cita textualmente a maestros, pero en el contexto de Guatemala aplica a madres y padres.