En Comitancillo uno de los factores de la pobreza es la falta de empleo. Esta situación afecta a la familia de Sofía Lucas. Sofía y su esposo tienen cuatro hijos. La hija menor, de dos años, nació con una discapacidad física llamada dismetría, que le dificulta caminar y requiere de un tratamiento que incluye intervenciones operatorias y terapias cuyo costo está fuera de las posibilidades de la familia. |
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El padre no tiene trabajo fijo, solo consigue trabajo remunerado uno o dos días a la semana, lo que es insuficiente para generar los ingresos que la familia necesita para sobrevivir.
Esta familia participa del proyecto Crianza Lúdica, desarrollado durante el período de pandemia por Covid-19.
Doña Sofía manifiesta que ha aprovechado los radioteatros, que se transmiten por emisoras locales y nacionales, para estimular a su niña, realizando con ella las actividades recomendadas. Especialmente recuerda cómo los masajes y el juego del Rum rum le han ayudado y la preparan para aprender a caminar.
Gracias a estos programas ha podido hacer masajes en las piernas a su hija. A la niña le gustan mucho los cantos de los radioteatros y los videos infantiles, que se le han compartido de parte de Crianza Lúdica.
Con su participación obtiene orientaciones prácticas para estimular a sus hijas e hijos y materiales formativos en los que puede apoyarse.
Su participación en el proyecto le ha permitido recibir alimentos que son parte del componente de ayuda humanitaria. Esto fue de gran ayuda para su familia.
La familia de doña Sofía ha aprovechado los consejos recibidos por mensajes de texto y los radioteatros. Da cuenta de cómo ha beneficiado a sus hijos y en particular a su hija más pequeña.
Esta historia de éxito muestra la importancia de la formación y la información oportuna para las familias y el impacto que pueden tener incluso en situaciones de extrema pobreza y en el contexto de pandemia.
Con información de Acodihue